Merezco una laptop.

— ¿Entonces? ¿Cuál me compro?
— Pues la más cara por supuesto(wink-wink). Listo, paga y vámonos.

Ok, no pues. No es así de sencillo —aunque tampoco complicado es—. Antes de entrar en materia debo advertir que esta NO es una recomendación de compra; tan solo estoy relatando la forma en que yo decido cual equipo adquirir; en caso de duda aléjate y cuéntaselo($$$) al técnico o ingeniero que más confianza le tengas —y que le sepa a eso de ‘las compiuris’; será recurso bien invertido que te ahorrará más que una lana—.

Cuando algún equipo para escuela, trabajo o entretenimiento necesito comprar, estos son los números que suelo observar.

Presupuesto: —pues claro, primero lo primero— a más billetes más potencia y mejor calidad se puede conseguir, aunque algunas excepciones han de existir. Si para ti como para mí el dinero no es un problema sino una necesidad(ultra-LOL), entonces seguro exprimirle el máximo valor a esos chelines querrás (¿Quién escribió esto? ¿El maestro Yoda?).

Procesador, aka CPU: en términos muy sencillos, es la velocidad de la computadora. NOTA: solo mencionaré en los chips Intel. Actualmente existen tres o cuatro ‘niveles’ repartidos en varias ‘generaciones’, por ejemplo: i79750H@2.60GHz significa, nivel 7, generación 9, velocidad 2.60 Gigahertz. A más alto el nivel más sabroso el precio también y más rápido viaja el tren(aquí casual, salvando la rima); existen los i3, i5, i7 e i9 que se corresponden con el numero de ‘cores’ o ‘núcleos’ —eso es historia para un futuro blog—. La generación más reciente es la 11 aunque las generaciones 7 a 10 aún rinden bastante bien.

Memoria RAM: esta es la cantidad de programas que podrás abrir al mismo tiempo, se mide en ‘Gigabytes’. La regla es sencilla: más RAM tiende a ser mejor. El mínimo para navegar internet es 4GB, recomendado para correr Microsoft Office 8GB, para juegos unos 16GB y para ejecutar maquinas virtuales 32GB.

Espacio de almacenamiento: es la cantidad de programas y archivos que puedes guardar, se mide en ‘Gigabytes’ o ‘Terabytes’. También conocido como espacio en disco duro. URGENTE: si lo llamas ‘memoria’, recapacita ya por favor. Al igual que con la RAM, más espacio en disco duro tiende a ser mejor y más papeles verdes americanos ha de costar. El mínimo es 256GB, recomendado 512GB, y si las moneditas te alcanzan pues uno o dos Terabytes conseguirás.

Tamaño de display: pues eso: la medida de la pantalla, es la distancia en pulgadas entre esquinas opuestas. Fácil: más pulgadas igual a más área visible y más peso —y más dólares—. Las medidas populares son 13″, 14″, 15″ y 17″.

Resolución: es la calidad de la imagen en la pantalla o lo claro que se pueden ver los detalles. Nuevamente, a más altos los números: calidad más alta y precio más alto. La resolución más común es 1920×1080(1080p), también es el mínimo recomendado, mientras que 3840×2160(4K) está ganando popularidad por lo nítido y claro de sus imágenes.

Por último —muy breve— diré que una buena laptop en post-pandemia debería venir equipada con bocinas, micrófono, webcam, un par de puertos USB, cargador compacto, batería para unas dos horas de trabajo continuo y programada con Windows 10 o Linux —también materia de blog—.

Ahora sí. Listo, paga y vámonos.
Felices compras.

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