Nocturna Cerro Prieto (Segunda Parte).

… y fuimos pedaleando bajo el cielo estrellado hasta el pie del volcán, después de un breve intercambio decidimos ascender por la vereda que lleva al cráter: unos a pie, otros en bici y otros en auto…

Al llegar a la estación de antenas aguardaban los ciclistas del grupo puntero; nos tomamos las fotos del recuerdo, luego de descansar y platicar un rato, alguien —no recuerdo quien— propuso subir por el tramo pavimentado que nos separa del cráter y del dibujo escultura del Sayii, y así sucedió: ascendimos pedaleando por la pendiente de cemento hasta la cima. Ya en la cumbre, con esa sensación de victoria tomamos más fotos y conversamos animados; acordamos regresar pronto. Pasado un rato y recuperado el aliento emprendemos el descenso, unos pie en suelo sosteniendo la bici y los más osados, en ella montados. De regreso en la estación de antenas había un carruaje al lado del camino con su caja musical activada mientras sus ocupantes descansaban cómodos sobre muebles portátiles al lado de un cofre repleto de bebidas refrescantes.

Huele a humo —pensé— como a balatas quemadas… —Pero, ¿por qué?— cuando otro ciclista en descenso me pasó por el lado el aroma se intensificó —ah, son los frenos de las bicicletas, se calientan hasta quemarse en la bajada—.

Más adelante paramos para contemplar nuevamente el cielo y continuamos a paso más o menos lento mientras charlábamos. Distraídos por lo ameno de la conferencia no nos percatamos que tomamos un sendero diferente. Era un camino sumamente polvoriento, la tierra estaba tan suelta que parecía que pedaleábamos sobre talco; quedamos literalmente empanizados, tanto que Ofelia comenzó a toser y toser sin poder parar —soy asmática— dijo con dificultad mientras sorbía los vapores que emanan de su inhalador. Tras recuperar el aliento, literal, continuamos hasta la estación de policía donde algunos esperaban:
— Que se repita.
— ¿Pa cuando la próxima?
— Que sea pronto.
— Hasta luego.

Aventura nocturna: check.
Cielo estrellado: check.
En la mejor compañía: check.
Mañana es domingo recuperar fuerzas y descansa pues el lunes comienzo a trabajar en una tortillería; eso es otra historia.