Audiencia de vista.

…En el uso de la voz durante la audiencia de vista.

«Por principio consideramos que nosotros no somos responsables de los hechos que nos imputan y por los cuales hemos estado sujetos a proceso por mas de 3 años. Solicitamos a esta honorable autoridad se declare sentencia absolutoria a nuestro favor. Toda vez que, como lo expresamos desde el principio, [todo] fue parte de una serie de acuerdos entre mi señor padre y los presuntos ofendidos como bien se demuestra en autos.

Como primer punto pedimos que se considere que las personas que nos denunciaron en la averiguación previa son personas que no se les puede confiar [en que expresan] la verdad ya que como se acredita en autos existe una pericial psicológica la cual nos demuestra que estas personas son capaces de mentir y manipular, por tal motivo no deben considerarse como verdaderas las imputaciones que nos atribuyen.

En segundo termino se debe considerar que hubo vicios arrastrados desde la averiguación previa ya que con solo un recibo de luz ajeno a los demandantes y dos testigos falsos, los cuales durante el procedimiento se contradicen primero al asegurar que les constan los hechos y posteriormente expresan que se enteraron por terceras personas, presumiblemente por el mismo Froylan, no se puede considerar que esta averiguación previa este debidamente integrada ya que desde esa fecha ni durante el proceso, los supuestos ofendidos han presentado prueba alguna que les acredite ni como posesionarios ni como dueños del inmueble en controversia.

Tercero y de acuerdo con los términos del articulo 2do del código de procedimientos penales los hoy implicados Francisco y Hector ambos de apellido Ortiz Nicolas deberían ser declarados inocentes en tanto que ni la fiscalía adscrita a este juzgado, ni el pseudo-licenciado coadyuvante J Jesus Corona Jimenez, ni los presuntos ofendidos aportaron prueba que desvirtuara los dichos, documentales y testimonios a favor de los hoy inculpados y en los que consta que el único propietario y posesionario del predio en cuestión es mi señor padre Federico Ortiz Cabrales. Según este mismo articulo la responsabilidad de probar su dicho recae sobre la parte acusadora y es el ministerio publico quien tiene la carga de la prueba. Como bien se demuestra en autos tales pruebas demostratorias a favor de los supuestos ofendidos nunca fueron aportadas y en cambio los procesados presentamos diversas pruebas que demuestran que nuestro dicho se apega a la realidad.

Cuarto. En concreto, Froylan y Moises Ortiz Cabrales jamas durante el proceso demostraron la existencia de un convenio para mantener sus pertenecías dentro de la propiedad de mi señor padre, ellos tampoco jamas probaron ser posesionarios, ni dueños, ni propietarios. Tan es así que en diversas ocasiones ellos contradijeron sus propios dichos al exponer diferentes versiones respecto al inicio de la supuesta posesión. En una de las versiones Froylan afirma que la propiedad le fue regalada por mi abuela, en otra que mi padre se la regalo a él, en otra que él le había regalado el predio a mi padre y otra mas afirma que él compro todo, regalo la mitad a mi padre y la otra mitad lo reservo para él; aceptando además que no posee documento alguno que lo acredite como posesionario.

Es curiosa la actitud que asume el ministerio publico adscrito a este juzgado que en sus conclusiones iniciales solicita tanto la restitución del inmueble, el cual reiteramos, los presuntos ofendidos no acreditaron como propia, y no conforme con eso también, y de forma por demás desmesurada solicita el pago de la cantidad arrojada por el peritaje de avaluo promovido por este misma autoridad ignorando triunfalmente el principio de «in dubio pro reo» y toda vez que el juez no promueve como corresponde de oficio el peritaje de tercero en discordia.

Estos hechos no hacen sino confirmar la sospecha de «ignorancia manifiesta» derivada de la ausencia de un estudio minucioso del caso que nos concierne por parte de las diversos servidores ante los cuales esta a la vista nuestro expediente.

Destacable el hecho es que, el ministerio publico solicita la restitución de los inmuebles los cuales no están debidamente definidos en sus proporciones ni colindancias ni localizaciones. La duda prevalece y la pregunta asalta «Que es exactamente lo que el ministerio publico pretende que el juez restituya?». Agregado a este bagatela técnica, ninguna de las dos autoridades ha reparado que este es un asunto meramente familiar motivado por ego desproporcionado de una persona mentirosa y manipuladora que, de atacarse su voluntad, solo generaran fricciones y conflictos innecesarios de gravedad impredecible y de los cuales hacemos directamente responsables a dichas autoridades pues tal parece que la única consigna es declararnos culpables por el método de «haiga sido como haiga sido».

Sin mas por el momento sírvase dar por aceptados nuestros alegatos finales en el uso de la voz durante la audiencia de vista en términos del articulo 291 del código de procedimientos penales. Asimismo solicitamos que de manera inmediata se nos cite para oír sentencia en términos del protocolo descrito por los artículos 8, 291 y 292 de este mismo código.»

… Así fue como se escuchó el texto leído en el uso de la voz durante la audiencia de vista aquel día…

Fue el 11 de junio de 2010; el día del partido inaugural del mundial. Si, el día que jugaron México contra Sudafrica, muchos lo recordaran…

La cita era a las 8:00 AM. Llegamos a tiempo como simple muestra de cortesía pues ya sabíamos que en la practica esos que trabajan en el juzgado son impuntuales como ellos solos… Efectivamente así fue! El agente del ministerio publico adscrito al juzgado de primera instancia penal de Ciudad Guadalupe Victoria llegó bastante tarde (chan chan chaaan, que novedad!).

Mientras esperábamos el espectacular arribo del tan aclamado agente del MP, platicábamos de temas triviales como el temblor de abril y el estado de las carreteras y lo mucho que los sufridos funcionarios padecen al trasladarse por esos caminos olvidados del gobierno; de las camisetas negras de la selección mexicana que recibirían si es que México avanzaba a la siguiente ronda; del parecido que tienen algunas personas con otras que hemos conocido antes, etcétera.

Con actitud de “What? Ya llegaron?”… Entra apresuradamente y se posa cómodamente(al menos eso pensé al principio) en su mullido asiento, velozmente da un último repazo a su acordeón, de 800 paginas, cual alumno de la “secu” en día de examen sorpresa.

Descubre que su compañerito de clase metió la pata en un detallito… Pues aquel pedía restitución del inmueble y pago por reparación de daño (si, los dos al mismo tiempo pues)… Después de percatarse de la torpeza cometida y de ofrecer unas disculpas poco creíbles se dispone primero a hechar la culpa al neófito compañerito y después a tratar de enmendar la novatada discretamente… Una vez resarcida la metida de pata por parte de los flamantes MP nos toca el uso de la voz…

Íbamos preparados: llevábamos el documento impreso para ser leído; además la versión electrónica contenida en un USB drive el cual descargamos a la computadora de la secretaria (muy guapa por cierto, un día les escribiré de ella).

Mientras el documento era leído en voz alta y según pude ver de reojo, el MP nos observaba detenidamente con el rostro desencajado y la mirada desorbitada además de aparentar que la silla en la que reposaba no le era del todo confortable… Ignoro si se sintió aludido por alguna de las frases citadas o bien por la ansiedad de ir a ver lo que quedaba del partido México – Sudafrica.

Al finalizar nuestra intervención el MP solo se limito a decir “Bravo! Muy bien, de aquí para Presidente Municipal”. Entre broma también dijo a la secretaria de acuerdos Dora Alicia Martinez “Solicito nuevamente el uso de la voz”… Mmmm tal parece que algo le incomodaba, no lo sé, no le pregunté.

La licenciada Dora nos dice: “la sentencia sale en quince días muchachos, es el plazo que tiene el juez para dictarla…”

La audiencia termina tranquilamente con un cordial apretón de manos y miradas esquivas por parte del  MP y la secretaria de acuerdos.

¿Sabrían ellos algo que nosotros no?

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