El ratón está muerto.

Allá por 1994, cuando transcurría el año del mismo nombre, mis padres compraron a crédito una computadora multimedia en una tienda de electrónicos en California —CompUSA se llamaba la hoy desaparecida tienda y Compaq era la hoy desaparecida marca—.

La citada maravilla, aka ‘La Chiquis’, era una gran torre blanca modelo Presario CDS 972 equipada con un potentísimo procesador Pentium a 75MHz, 8MB de memoria RAM —sí, ocho megabytes, nada de gigabytes todavía; eran los noventas—, un disco duro de 720MB —again, megabytes no gigabytes—, una unidad para CDs y un drive para discos flexibles, un modem de ‘catorce-cuatrocientos’, un monitor de quince pulgadas con dos bocinas que asemejaban orejitas, un micrófono con cable, un teclado y un ratón de bolita; venía programada con sistema operativo Windows, enciclopedia Encarta, aplicaciones para reproducir sonidos sintetizados tipo MIDI, música en formato MP3 y archivos de video AVI y MPEG; ademas podías jugar videojuegos como DOOM o Carmageddon, —eran buenos tiempos—. El conjunto lo completaba una impresora de inyección de tinta a colores marca ‘ache-pé’.

A los pocos días ya era cuasi-experto en manejo del mouse, en reproducción de sonidos grabados, en buscar información en la Encarta y en dibujar rayas en el Paint. En un par de semanas comencé a dominar el editor de texto y el procesador de palabras; ‘in no time’ ya no entregaba mis tareas ‘a mano’, ni ‘a maquina’ sino ‘en computadora’; —acá entre nos, pasaron un par de meses antes que descubriera el copy-and-paste—, las investigaciones eran multi-facilitadas y super-simplificadas por la enciclopedia en CD: abría, buscaba, leía, transcribía ‘a ojo y a mano’, formateaba, re-leía e imprimía —era algo bueno y era algo hermoso— hasta que alguien mencionó «no tiene chiste, seleccionas, copias y pegas» —sin entender lo supe; me cayó el veinte: ultra-face-palm—.

Cuando el manejo de los programas se convirtió en ‘pan comido’ comencé a observar dentro de la torre primero y a curiosear al rededor después: había lucecitas y muchos cables y cuadritos y pequeños cilindros y piezas de metal y ventiladores y cositas de colores, algunas hasta se podían desconectar -y las desconecté—, con riesgo de re-conectarlas mal —las re-conecté mal—, y que pudieran quemarse, —pues lo quemé; el mouse dejó de responder—. ¿Sería por invertir los cables verde y morado? ¿Y ahora? ¿Cómo arreglo esto? ¿Donde están los manuales? Esos que nadie lee pero sí sigue sus instrucciones: 1.- Ignore este manual. 2.- Dese de topes. 3.- Regrese a buscar el manual. 4.- Ahora sí, lea el manual (¿no que no?).

En la sección de troubleshooting clarito decía: «órale compa, apréndale al keyboard»; durante un par de meses a fuerciori, usé la computadora sin ratón, leyendo y re-leyendo los manuales, practicando hasta que los movimientos sobre el teclado se volvieron más o menos fluidos. Esta es una lista de diez combinaciones de teclas que al día de hoy sigo utilizando, por supuesto existen muchas más, tal vez las encuentres útiles.

Combinación de teclasDescripción
F10Menú de programa
ALT-TABCambiar de ventana
ALT-F4Cerrar programa
CTRL+CCopiar
CTRL+XCortar
CTRL+VPegar
CTRL+ZDeshacer
ALT+ENTERVer propiedades
ALT+ESPACIOMenú de ventana
TABSiguiente elemento
Estas son solo diez combinaciones; existen muchas más.
Googlear ‘shortcut keys for windows’ para una lista más completa.

Supongamos que alguien conecta y desconecta cables hasta quemar el mouse… —no intentar esto en casa, ni en la oficina tampoco— mejor sería googlear ‘shortcut keys for windows’; seguro aprendería un par de trucos y sería más eficiente y productivo manejando una computadora. Recuerda que el teclado es tu amigo cuando el ratón está muerto.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *